Un ángel en el infierno


 Ha llegado el momento de dar un pequeño salto, posiblemente sea eso lo que me dije mientras escribía este primer capítulo. He decidido iniciar una historia curiosa y sigo realmente agradecido con mi hermano Beto por darme la facilidad de publicar en este blog, espero inicie bien. [:
El autor...
 
Capítulo 0: ...
Posiblemente, este sea una de las peores cosas que vea en mi vida, o quizás sea lo peor que pude haber visto en mis cortos dieciséis años: han asesinado a mi hermano ante mis propios ojos y es muy probable que ahora vengan contra mí, pero ¿Quién es ese hombre de capucha negra? ¿Por qué llevaba una navaja justo hoy? ¿Por qué a mi hermano? Fuese lo que fuere, me queda poco tiempo y ponerse a lamentar no es una opción...


Capítulo 1: Bosquejo...
Mi primer día de quinto de secundaria y me ha tocado un colegio nuevo. Había dejado un riguroso colegio militar y ahora me encontraba en uno “parroquial”. De parroquial supongo que se referirán, me supongo, a que es el dueño de la parroquia, el padre Augusto, quien administra el lugar porque, soslayando eso, el colegio es una clara reproducción de cualquier colegio limeño de estos años: profesores con una preparación confusa; alumnos poco interesados en el estudio y, como un profesor satirizó en alguna ocasión, sólo están ahí porque sus padres no los querían en casa; también conserva los básicos cursos que exige el estado. Todas esas cosas, que rápidamente me di cuenta en mi primera semana de estudios, hicieron tener en mí el deseo de ir y pasar el año sin hacerme notar mucho.

Se podría decir que soy un muchacho que le fascina la soledad, es más, me considero alguien poco, o casi nada, sociable. Pero, en el momento de tener en manos un guión de una prodigiosa obra de teatro, cambio totalmente: dejo mi lado pasivo y me vuelvo “el autor y actor” de mi vida. Es por ello que me fascina el teatro, me hace viajar del pasivo al activo o, en palabras de Platón, de lo sensible a lo inteligible.

Me comentaron que el encargado del teatro en ese colegio es un hombre muy loco y, efectivamente, exigente. Otros rumores dicen que es uno de esos locos literatos que se dedican a estar encerrados en una habitación escribe que escribe. Quizás esos cotilleos fueron motivo para que piense dos veces antes de inscribirme entre los miembros del teatro. A las finales asistí y debo decir que no es claramente como lo representan. Tiene una larga cabellera, tal vez por ello sea que lo califiquen de loco; su mirada era tan fría y perdida en el infinito que aparenta nunca prestarte atención; siempre lleva una extraña cruz colgada en el cuello(es una cruz con puntas sobresalidas y muy curveadas, además de ser totalmente de color negro); tiene marcados rasgos de no ser peruano: como su piel demasiado pálida y su acento extranjero. Sumándosele a esas características, es también un excelente profesor y rápidamente me gané su confianza. Inclusive en muchas ocasiones me comentó de sus pensamientos filosóficos, sobre todo el aspecto teológico. Por cierto, el nombre de este elogiado profesor es Carlos. Recuerdo que una vez me comentó:
-          Sebastián, ¿crees en verdad que conoces del todo al padre Augusto?, déjame decirte que estoy investigando un asunto peculiar sobre él. Cuando tenga datos concretos te los haré saber.

Qué será lo que oculta el padre, es algo que mucho me pregunto. Formulé muchas posibles respuestas camino a casa, pero, al llegar, me enteré que algo poco común pasó:
-          ¡Ajá!, coquetón- decía mi hermano Jairo-, una chica llamó preguntando por ti, hace media hora. Por cierto... ¿Dónde estabas?
-          Bueno, he estado un poco ocupado con los ensayos. Vamos a representar una obra de Goethe, Fausto, ojalá y guste a todo aquel que vaya a verla- respondí-, es cierto... ¿La chica no te dio su nombre?
-          No, sucede que ella llamó justo cuando llegaba de la universidad y estaba tan despistado que cuando me preguntó por ti, dije que o estabas y ella colgó- respondió, con un tono de culpa.

Fui directo a mi habitación; dejé todo en un sillón, que por alguna razón tiene la forma de Bob esponja (dudo mucho cómo terminó en mi cuarto ya que desde que tengo memoria siempre ha existido y no me he animado a preguntar su origen. Tal vez sea un simple regalo.); me recosté en la cama, recordaba que mis padres están de viaje y que cada fin de mes nos mandaban lo necesario, ya que mi hermano aún no trabaja como profesional y gana un sueldo de practicante (está en el último ciclo de sus estudios de Derecho); medité sobre todo lo que estaba pasado: primero el profesor Carlos con sus sospechas y ahora una chica misteriosa que llama preguntando por mí y ¿no dice su nombre? Vaya hay que admitirlo, este va a ser un año más entretenido de lo que pensaba.

Autor: Unknown

Artículo Un ángel en el infierno publicado por Unknown el 20 de marzo de 2011. 0 comentarios.
 

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